Nuestro cabello sufre a diario los efectos de los numerosos agentes externos que nos rodean: los productos que utilizamos, el clima, la contaminación, las estaciones del año, el estado de ánimo… un sinfín de actores que afectan a nuestro pelo, alterando directamente su salud.
Hay muchos de ellos sobre los que no tenemos control, sin embargo, hay algo que no solemos cuidar especialmente y es la forma de desenredar el pelo adecuadamente, con el fin de no dañarlo. Un ejercicio que, si le dedicamos un poquito de atención, veremos cómo mejora notablemente el aspecto de nuestro pelo.
Aunque existen tantos tipos de pelo como personas, podemos establecer una serie de pautas comunes para todos ellos a la hora de peinarlos que nos ayudarán a lucir una melena mucho más saludable, potenciando su brillo, color y textura, al mismo tiempo que favorecemos su movimiento, a través de un buen cepillado.
Un ritual que comienza por elegir bien los productos que vamos a emplear. Desde el champú, al acondicionador, pasando por el tipo de cepillo que utilizaremos en función de las características de nuestro cabello.
Empezamos por explicar cómo favorecer la soltura del pelo a la hora de lavarlo. Antes de nada, debemos peinarnos, para deshacer cualquier nudo que podamos tener. Para ello, debemos seleccionar a conciencia nuestro cepillo. Una herramienta clave en el proceso de desenredado que nos ayudará en esta labor dependiendo de las propiedades y la longitud de nuestra melena.
Si tenemos el pelo muy enmarañado o los enredos hacen imposible pasar el peine sin que se nos salten las lágrimas, lo mejor es aplicar un acondicionador que nos facilite la tarea. Con el pelo seco mejor, porque mojado es mucho más sensible. Extenderemos el producto con las manos para favorecer un mejor cepillado. En este caso, podemos utilizar un acondicionador sin aclarado que también nos servirá para cuando necesitemos desenredarnos el pelo, pero no queramos lavarlo. En la fase previa al lavado también podemos emplear aceites.
A continuación, lavaremos el cabello, siempre con un champú acorde a nuestras necesidades, con movimientos suaves, evitando enredarlo y si es posible con la cabeza hacia atrás en lugar de hacia adelante. Después, volveremos a aplicar un acondicionador o mascarilla, ésta recomendable al menos una vez a la semana y reforzar con tratamientos profesionales cuando vayamos a la peluquería. Un cabello bien hidratado es mucho más fácil de manejar.
Tras aclararlo con agua abundante y no excesivamente caliente, recogeremos el pelo con una toalla formando un turbante, que dejaremos al menos durante 5 minutos para que absorba toda la humedad posible. Luego secaremos sin frotar.
Empieza por cepillar las puntas, sigue por la parte intermedia y termina por la raíz, de esta manera el pelo sufrirá mucho menos, evitaremos la rotura y que la mitad de nuestra melena se quede en el cepillo.
También es muy importante seleccionar productos naturales que protejan tu cabello y no dañen sus células. Amazonic cuenta con una amplia gama de productos pensados para cuidar tu cabello a base de extractos y aceites vegetales que mantienen tu cabello sano y disciplinado.